Mi primer San Isidro y... me pongo malito

Va a sonar a excusa pero no es que no quisiera hacer lo que tenían programado para mí. Mi mami estaba empeñada en comprarme un disfraz de chulapo pero no lo encontró de mi talla así que aplazó la tortura para el año que vine.

La fiesta de San Isidro me parece un poco rara. Gente que come donuts duros y tripas en verbenas y beben agua de color raro y aspecto insalubre. A mí me gusta mucho más mi bibe.

El caso es que como soy Gato, que ya me he enterado que no es que sea un felino, si no que soy hijo de madrileños y nieto de madrileños, pues seguramente tenga que acabar celebrándolo por todo lo alto.

A lo que vamos. La cosa es que no me levanté yo muy contento. Estaba un poco incómodo pero como mi capacidad comunicativa está algo mermada no pude explicar el motivo de mi desazón. Por eso me dediqué a poner cara lastimera y emitir ruiditos de pena durante todo el día. En seguida me encasquetaron un termómetro y vieron que tenía fiebre.

Al principio no era mucha así que lo solucionamos con un paseo al fresco y un poco de vigilancia. Me endiñaron mi primera infusión, Belvit Digest de manzanilla e hinojo. ¡Qué fácil es echarle la culpa a los coliquitos! La verdad es que puse cara de que no me gustó nada pero me lo tomé enseguida. La tarde pasó tranquila, vinieron visitas y todo pero yo me encontraba cada vez peor. Así que a eso de las diez de la noche nos tocó salir corriendo al hospital porque me subió mucho la fiebre.

Allí me atendieron en nada de tiempo, con 38º me pasaron enseguida ver a una pediatra que me hizo desnudar. Allí mi madre descubrió que no me dolía la tripita, que me dolía el pecho. Ante el hallazgo se dieron cuenta de que no iba a poder irme a casa porque me mandaron poner una vía y me hicieron un análisis de sangre y me sondaron para hacer pipi. Es raro que me hagan esa canallada cuando yo meo encima de todo el mundo sin problemas.

Cuando llegó mi papá se puso a llorar como una magdalena. Yo también lloré porque el tipo que me sacó fluidos era muy bruto. Además ya tenía hambre porque uno está malo pero no está muerto y yo no perdono una comida NUNCA.

Al poco me subieron a planta. Me dejaron toda la noche despelotado para que me bajara la fiebre y al día siguiente ya me trajeron mis cositas y pasó mucha gente a ver qué tal estaba. Con los antibióticos me puso bueno enseguida y la mastitis, como llamaban a mi pecho izquierdo desapareció en un par de días.

Esos dos días los cansinos de mis padres se quedaron a dormir en unas hamacas que parecían menos cómodas que la mía. Allí vi también mi primera copa del Rey que ganó el Atlético de Madrid, me han dicho que tengo que ser del Real Madrid pero todavía no lo tengo decidido. Y poco más. Ingresé el miércoles por la noche y el sábado por la mañana me dieron el alta. A pesar de estar en casa me torturaron con un antibiótico vía oral una semana entera. Cuando me descuidaba me enchufaban eso que sabía muy mal. No respetaban ni el sueño, ni nada. Cuando menos me lo esperaba aparecía alguien con la jeringa y me lo endiñaba.

Por fortuna ya estoy bueno y espero que el próximo San Isidro lo pasemos mejor, aunque me disfracen o me hagan beber agua pocha.

Canción: Hospital -  La Costa Brava (hay otro tema relacionado con la entrada,"El hospital" de Pegamoides, que no lo pongo porque ya lo he escuchado muchísimo)

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