Debo reconocer que el “ritual del baño” no me hacía muy feliz. Al principio me llevaba muchos berrinches y el baño duraba unos segundos. Como tenía aún el cordón umbilical no hacía falta mucha insistencia. Me dejaban por imposible y me libraba de seguir en remojo.
Inicialmente no usaban jabón, ni cremas, nada. Así que era un poco más aburrido. Al poco empezaron a usar el champú y el gel de Mustela. Como no pican los ojos no me molesta y cada vez voy cogiendo más el rollo a eso de la bañera.
Ahora pataleo un poco para hacerlo más entretenido y me pego porrazos con la cabeza. Pero lo más guay es salpicar a Bea que siempre me espera con la capa de baño. Si yo me mojo quiero que todos se mojen también, es lo más justo. El baño no está mal, un día mi madre casi me escaldó porque estaba un poco caliente pero el resto de los días nos defendemos bastante bien. Sólo me libré de esa tortura cuando tuve el problemita con el ombliguito, ya os lo contaré. Me limpiaron con una crema que era menos entretenida y calentita que el chapuzón.
Cancion: Don´t Worry Baby - The Beach Boys.
1 Comentarios
Jajaja me recuerda la historia de mis fieras y su relación con el baño
ResponderEliminarAhora los baños un día sí y otro no porque me han salido delicaditos de la piel