Lo que más le gustó a mi mamá fue al sección para niños, un mueble con platitos, cubiertos y vasos como los que me han prometido comprar cuando sea más mayor, los microhondas de libre acceso para que las mamis no persigan a nadie con los potitos en la mano y lo que más le ha hecho gracia son los baberos de un sólo uso impermeables. Y como ella es asà aunque tenÃamos babero propio me lo encasquetó para comer.
Nos lo pasamos muy bien viendo los quecos de bebé, hay cosas muy chulas. Y probamos todas las cunas hasta que decidà hacerme caca. Y aquà es donde la historia tiene un flashbacks de esos.
Mi papá es el experto en pañales. Él se encarga de las cacotas. Cuando vamos a los centros comerciales se enfada mucho porque los cambiadores están en la zona de las mujeres, y porque los cuartos de lactancia/cambiadores están cerrados. Dice que se va a colar al baño de señoras hasta que venga seguridad a echarle. Pero en Ikea se puso muy contento.
Retomo la cuestión, con mi cacota llegamos a los baños y nos sorprendimos al ver que el cambiador estaba en una sala de lactancia separada y de libre acceso, asà que papá pudo cambiarme por primera vez libremente sin enfadarse de forma cómoda e igualitaria.
Por todos estos motivos nos ha empezado a gustar más el Ikea, aunque eso de comer todavÃa no cuela.
Canción: Mas Complicada que Armar un Mueble de Ikea - UPEMA
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