Ya narré la incursión en la minipiscina. Pues el otro dÃa decidieron que ya estaba preparado para meterme a nadar con los niños grandes. La cosa pintaba superbien, nos hicimos con unos pañales Little Swimmers que han sacado nuevos este año, de mi talla, porque los bebés también tenemos derecho al chapuzón. Y con el Nemo en el paquetillo nos fuimos para allá. Después del consiguiente despelote pasé de brazo en brazo hasta acabar a pocos centÃmetros del agua.
Ya sabÃa que eso iba a estar frÃo, no entiendo qué ganan los señores socorristas poniendo cubitos de hielo en la piscina cuando nadie mira, pero es que nadie me preguntó si yo querÃa bañarme allÃ, a mà me gusta mi bañera de la noche, la de 37º...
Allà voy yo y meto el dedo meñique del pie izquierdo en el agua y me miro a diestro y siniestro con cara de circunstancias. Y nadie me ayuda, al contrario, todos mirándome con expectación. ¡Pues si creéis que voy a llorar os equivocáis! Asà que muy digno puse cara de odio y continué dejándome sumergir hasta el cuello.
El suplicio duró poco pero lo repitieron a los dos dÃas.
Por la insistencia me temo que esto va a convertirse en una costumbre...
Canción: Nadadora - Family
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