El #cumplefriki

Los adultos tiene una curiosa manía. Celebran que ha dado una vuelta entera en la tierra alrededor del sol. Así qué cuando eso sucede celebran un curioso rito iniciativa que denominan "cumpleaños". Pues el pasado 10 de abril celebré mi llegada al mundo y voy a compatirlo con vosotros. Técnicamente y para ser honesto lo empecé a celebrar el fin de semana antes y acabé este fin de semana. Casi 10 días de comer tarta y abrir regalos. Si queréis os lo cuento todo.

Empezamos con la Familia 1. 

Un fiestaco con decoración, globos, regalos para mí, regalos para los asistentes... Y una impresionante tarta de mi amigo Thomas. La tarta y las preciosas galletas las encargó mi madre en Tiempo de fiesta. un auténtico acierto porque la chica er un cielo y entre las visitas al médico se lo llevaron todo a casa. Las galletas triunfaron mucho. Me han prometido que me van a dejar comer una esta semana aunque me temo que es un poco de canibalismo. 

Lo de soplar la vela fue fatal. Entre qué tenía mucho sueño y que decidí usar la mano para apagar la llama la cosa acabó como el Rosario de la Aurora. Venga a llorar, venga a llorar. Así qué me dejaron chupetear el fondant para que me calmase un poco. 

Esto de que seas el centro de atención mola mucho. Me dediqué a hacer el perrillo y tirar de los pantalones de todo el mundo para que me dieran mis ansiados gancheros de queso. Si no me comí la bolsa entera no me comí ninguno. Una dieta sana y equilibrada.

Varios días después fue mi cumple "de verdad de la buena". De desayuno me hicieron una papilla de chocolate. ¡La caña! Y después seguí a mis anchas comiendo guarrindonguerías y abriendo regalos chulos y fardones. Cosas preciosistas y súper molonas personalizadas para mi. Soy un ídolo de masas.

La familia 2 también tuvo su fiesta aunque mientras estaban reunidos decidí reorganizar un poco el salón. No estBa a mi gusto y las mesas del IKEA son sorprendentemente fáciles de desplazar. Como es normal me apuré para probar el último alimento de la lista de la pediatra y me zampé un huevo cocido de codorniz, que es sorprendentemente pequeño. Hecho a mi medida.

Y creo que ya se han acabado los fatuos de mi onomástica. Para ser primerizo no ha ido nada mal. 


Canción: Maldito Cumpleaños - Los Nikis