Turisteo en Estrasburgo

He descubierto que eso de hacer turismo es agotador. Hay que andar, ver cosas, estar callado, pagar por todo y probar platos típicos... vamos, un sinvivir. Además si pones cara de bueno te compran un montón de cosas y juguetes que los mayores llaman "suvenirs".

Lo que más molaba de Estrasburgo era su catedral a medias. Le faltaba una torre y todo. no sabía yo que la crisis era tan antigua que les había dejado a estos señores a a medias. Dentro de la catedral estaba el "Tannn", vosotros lo conocéis como reloj, más grande que haya visto nunca. Se pone a dar la hora y se tira haciendo "taaaaannnnn" por lo menos 15 minutos. Superguay.

En la parte de fuera de la catedral había otra fuente con chorros. No me olvido de los chorros. ya sabéis mi predilección por mojar el culete.

El pueblo era super majo, había mogollón de fuentes con franceses metiéndose dentro para ducharse, tiendas muy molonas y panaderías que flipas de bonitas.

Paseamos por todo el centro y vimos una feria del comic, no me compraron nada porque dicen que no se leer francés, que si hubiera sido en español que controlo más me habían comprado todo sin duda.

También me dejaron pegar la nariz a unas jugueterías la mar de bonitas pero gracias a dios estaban cerradas. No sé porque mi mamá decía que tenía que dejarles la tarjeta de crédito si llegan a estar abiertas... Los mayores son raros.

La zona de Petit France era muy chula, vale, reconozco que dormí la mitad pero me desperté justo para ver un puente que se cerraba como una puerta para pasar los barcos. Eso mola. Luego ya no me dormí así que pude ver los canales y caminar un poco por un puente muy viejo con unas vistas muy bonitas.

Me gustó mucho Estrasburgo, ya le voy a decir a mamá que me lleve de excursión a más sitios.