Al principio del verano fue el flotador. Esa cosa redonda que me ha dado tantas alegrÃas de movilidad acuática... pero es que después de empezar a saber dirigirme en la dirección correcta el mejor invento del mundo han sido los manguitos.
En la piscina pequeña ya me dejaron sólo. Es que ¡¡hago pie!! asà que ya soy un nadador de primera. En al grande me dan más por saco, que si "vamos al puente", que si "no te pongas en las escaleras", que si "no te bebas todo el agua de la piscina"... esas cosas que les obsesionan a los mayores. ¡Son más pesados!
Me tiraron del puente, no me gustó mucho, asà que decidà no ir ni cerca por arriba para evitar volver a volar. Pero en la zona de las escaleras era el amo. Primero controlaba a las señoras que venÃan, que no me gustaba ninguna pero igual cotilleaba, después me daba panzazos con el agua de tanto en tanto y cuando alguien se descuidaba podÃa incluso hacer el "mono" en la barandilla.
Lo de nadar se me da genial, en el mar no me atrevo, en el mar lo que me mola es hacer "la croqueta". Es decir, tirarme en plancha a la arena aunque no me hayan desvestido siquiera. Además al estar en pelotillas puedes tener hasta el 80% del cuerpo "empanado de tierra". Y cuando parece que no puedes tener más te lanzas por la cabeza un cubo o te pones a "hacer el pino" y llegas casi al 100%. Lo malo es que eso te garantiza que mami te meta en el agua y te haga un par de aguadillas para salir limpio.
Canción: Manga por Hombro - Carlos Berlanga
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