Creo que todo niño entre el año y los 70 tiene una sola obsesión en su cabeza: los coches (con la variante de las motos, claro). Los coches son geniales, tienen ruedas y son fuente inagotable de juegos, ruedan, chocan, vuelan, ... y luego incluso pueden ir por carreteras, de verdad o ficticias.
Últimamente he generado una tendencia a hacer que sus carreteras sean las paredes de las casas. Y la verdad es que eso provoca una reacción poco positiva en mis progenitores (o en las caras de los propietarios de las paredes en general). Asà que Papa Noel, que es muy listo, me ha "sugerido" que puedo empezar a usar los coches de una forma mucho más civilizada.
Miniland es una marca de juguetes educativos preciosÃsimos. Tienen una selección de juegos de lo más variopinto, desde construcciones a juegos de imitación con materiales muy buenos (no quiero decir que sean comestibles, aunque lo intentaré) y acabados a prueba de bomba. Y en su sección de vehÃculos tienen un tapete que es el sueño de cualquier fan de las casas pinterest, una "alfombra" plegable que se puede guardar cuando se acaba de jugar. Es decir, que evita la expansión de los juguetes hasta tomar la casa entera como si se tratase de un virus mortal.
Por supuesto este hecho es el que más valora mi mamá, aunque me paso el dÃa diciendo que quiero las carreteras. Las señales de tráfico, al contrario que otros juegos, están incluidas en el tapete y no son verticales, de forma que se puede usar desde pequeñines sin miedo a confundir un palo de STOP con una piruleta y liarla parda.
Además tiene una variedad de coches muy majos. van desde los Mini de 9 centÃmetros, los Go y Jobs de 12 y los dumpy de 18. (de los gigantes ya no hablo que eso es ya mucho...) El tamaño ideal para el tapete es el de 12 centÃmetros y se pueden jugar tranquilamente con muchos vehÃculos. Tanto por forma como por color son bastante atractivos y la verdad es que no he conseguido desmontar aún ninguno...
Por supuesto los coches los puedes sacar de casa y darles paseos por el
mundo, yo ya no salgo sin llevar uno en la mano... ¡A ver cuanto dura el
juego entero!
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