Sin más dilación os presento a Marty y Doc. Mis pollitos, aunque en dos semanas se convirtieron en mis pollos y en tres en gallinas. Mi mami los diferenciaba muy bien. Doc era un poco más oscuro y más gordo y Marty más blanquito y no sabia beber del bebedero si no veÃa al otro, le molaba beber del plato.
Los dos eran guays. Se dejaban acariciar y dar de comer, y cuando sacabas a uno de la caja el otro piaba un montón para que le sacasen también. Pasaban el dÃa comiendo y bebiendo como cosas os y me dejaban jugar con ellos dos otras veces diarias mientras les cambiaban la casita.
Nada más salir se hacÃan caca porque eran súper guarros. Y yo avisaba a mamá para que les limpiara. Intenté enseñarles a jugar con los coches y leerles cuentos pero no eran muy listos. Aún asà me hacÃan mucha compañÃa.
Lo que pasa es que se hicieron enormes y me daban un poco de miedo, además olÃan un poco mal asà que mamá y Tita Bea buscaron un sitio donde pudieran seguir haciendo cosas de pollos. Y se los llevaron a un chalet en Estremera con más gallinas para que jugasen. Lo malo es que las gallinas no están acostumbradas a pollo-perros y han sido hostiles pero la nueva dueña actuó a tiempo y ahora son sus pollo-perros.
Ha sido corto pero intenso ¿no me digas que no? ¿Tus papis también tuvieron pollitos?
2 Comentarios
SÃiiii, yo tuve pollitos algún verano. Los comprábamos en el mercadillos a los pobres. Incluso llegaron a pintarlos de colores para que los niños los vieran más atractivos. Que pena. Nosotros comprábamos los normales amarillos de toda la vida. Jugábamos con ellos en la casa de campo de mis abuelos en verano y todas las Navidades se los comÃan mis abuelos :_(
ResponderEliminarBueno, si se lo comÃan la cosa quedaba en familia ;D
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