Su infierno personal empeoró en el último mes de clase cuando en vze de cosas pequeñitas lo que querÃa era tirarme sólo o hacer aguadillas, y la ultima semana mi fijación era bucear. Vamos, que podÃa decir misa que yo iba por debajo del agua y listo.
A principio de verano la cosa no empezó especialmente bien. Lo de tirarme a la piscina, lo de usar la burbuja, o lo de meterme al mar... Bueno, que no me apetecÃa pero como el "buó" es muy pesado y poco a poco empecé a remojar el culo más a menudo. Primero con manguitos, luego sin ellos, primero en la piscina de los peques, luego en a grande y ya en julio lanzándome desde el puente y buceando a las escaleras sin ningún pudor.
Puede parecer normal pero la urbanización entera estaba entre horrorizada e hipnotizada con el bebé nadador. Los habÃa que simplemente querÃan aportar su sabia opinión sobre por qué no debo tirarme desde el puente, o los que simplemente me dejaban por imposible.
A estas alturas la autonomÃa en el mar y en la piscina sin manguitos es prácticamente total. Eso significa que "buó" me tiene que perseguir por toda la piscina y subir y bajar escaleras como un descosido y va a acabar herniado.
En la breve estancia en Madrid el socorrista de la piscina generó también un odio profundo hacia mi gran capacidad de lanzarme cada vez más lejos y cuando se enteró de mi edad no sabia si hacerse cruces, echarse a llorar o prohibirme la entrada.
Aún queda verano por delante, piscinas que ocupar en temporada baja si el tiempo respeta un poco en septiembre y a este paso cuando vuelva a natación me ponen en el equipo olÃmpico... Aunque bien pensado es posible que a José le de un sÃncope cuando me vea entrar y listo...
Aún queda verano por delante, piscinas que ocupar en temporada baja si el tiempo respeta un poco en septiembre y a este paso cuando vuelva a natación me ponen en el equipo olÃmpico... Aunque bien pensado es posible que a José le de un sÃncope cuando me vea entrar y listo...
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