Dadme un destornillador Bosh y conquistaré el mundo

No os penséis que hablo de un destornillador sónico, porque como buen señor del tiempo tengo en casa un par de ellos. Obvio. Hablo de uno de los de verdad, de esos que atornillan.

Bueno, y si se lo dais a mi mamá ya lo flipas.

Mi madre siempre dice que es muy torpe y que eso del "duityursel" no va con ella. Pero luego le dan un banco de trabajo y un montón de maquinaria de precisión y se viene arriba. Hace ya algunas semanas nos fuimos con la gente de Bosch y Madresfera a jugar con máquinas. Y mientras los peques nos dedicamos a explorar los aspiradores de la marca, que por cierto son lo más, las madres se calzaron guantes y gafas y la liaron parda.

Allí las ves a ellas todas ufanas haciendo una tabla de cortar con su lija dale que te pego, que en dos minutos la dejaron suave, suave, y luego ¡pusieron tornillos! Todo creativas ellas, la mar de apañados con sus formas y sus dibujitos. Y no te haces a la idea del miedo que da ver a una madre con un destornillador automático con luz y accesorios. Es peor que haberte grabado las cuatro primeras temporadas del Bricomania.

No contentas con hacer su tabla les dio una vena más creativa aún cuando les dejaron el pistoloón de pegamento y decoraron una corona ellas solitas. Allí estaban, buscando letras, escribir ti nombres, poniendo todos los adornos del mundo en sus creaciones rococó que ninguno de nosotros pensamos lucir nunca...

Y al final sacamos la conclusión más terrorífica del mundo:
 

Las madres, por muy inútiles que sean para las manualidades, si poseen las herramientas tan necesarias, te pueden redecorar la casa.

Gracias a Bosh y sus súper productos y a Madresfera por descubrir a mamá un nuevo mundo lleno de clavos y lijas. Seguro que se lo pide a los Reyes Magos y se queda tan entretenida.

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