Seguro que muchos ya conocéis a esta peculiar familia salida de la cabeza de Ana Campoy. La familia F, como la llamaremos a partir de ahora porque todo es super secreto, es la protagonista de una de las sagas de literatura infantil/juvenil más populares del momento. ¿Y por qué, os preguntaréis? Pues desde el punto de vista del adulto porque tiene todo lo que puede tener una buena novela de misterio y espionaje y desde el punto de vista del peque porque lo hace con sentido del humor, aventuras y mucho ritmo. Así que si os gustan los libros donde pasan cosas locas y los personajes huyen de los estereotipos estáis ante una de esas novelas que os engancharán de principio a final.
Empecemos por le principio, porque esta es la primera novela protagonizada por esta peculiar familia. En busca y captura abre una serie que continua con Infiltrados en la gran ciudad y Cerrado por fantasmas (que incluye cómic y gafas 3D) y finaliza, de momento con su cuarta entrega El ataque de los invasores rodantes. ¡Cuatro libros! Eso quiere decir que el entusiasmo por las pelis de espías y las historias de intriga no ha muerto para las nuevas generaciones. Y yo que me alegro.
El libro está pensado para niños a partir de 10 años aunque a partir de 8 años con un buen nivel de lectura pueden defenderse bastante bien. Pero sobre todo es porque el texto de Ana Campoy lo consigue a la perfección. Es una experta en novelas de este tipo con el resto de libros en su haber, entre ellos La Crono pandilla o. y me encanta la idea, Las investigaciones de Alfred y Agatha que, atención, habla de Las aventuras de Alfred (Hitchcock) y Agatha (Christie), los dos maestros del misterio. ¿Imaginas la fantasía de juntas a estos dos personajes en un libro? Pues muy cercana a estas temáticas la conclusión lógica era esta novela que recuerda a esas películas de corte familiar que hemos disfrutado los niños de los ochenta. Os voy a pedir un ejercicio de memoria y que os vayáis directamente a Poli de Guardería donde nuestro amigo Arnold se infiltraba en un colegio para proteger a una familia que estaba en custodia de testigos protegidos. Pues más o menos es lo que pasa a Lorenzo y Norma que de la noche a la mañana tienen que coger todos sus bártulos y salir pitando de casa con sus tres hijos y la abuela.
Obviamente todos se quedan ojipláticos ante esta huida pero además tienen muchas preguntas que nadie contesta. El gran misterio de lo que pasó a Lorenzo planea sobre la novela pero también hay miembros de la familia con secretos locos como la simpática abuela pero sobre todo tienen problemas, muchos. Al llegar a su nueva casa llena de goteras descubren que su nuevo destino es un autentico desafío, sobre todo para Norma que acaba en un empleo que no le gusta nada y Fiona que se encuentra metida de lleno en la Hermandad de los niños laboriosos , una especie de secta de costura infernal. Y eso unido a que la AAA (Agencia de Asuntos Anónimos) no pone mucho de su parte deja en bandeja e plata la aventura. Estos dos personajes serán los que más peso alcancen en esta ocasión, pero no os preocupéis porque la narradora os lo va a ir contando maravillosamente.No quiero contar mucho más porque puede ser peligroso para la integridad de la familia F y nadie quiere que acaben expuestos a los malvados miembros de MANDIBULA. Entenderéis que además es necesario ser cauto porque sólo los privilegiados que lo lean sabrán lo que les depara el futuro a esta peculiar familia.
No podemos dejar de hablar sobre Álex Alonso, el ilustrador que decora las páginas y aventuras de los F. y que ayuda a proteger su integridad física y su anonimato. En este caso la relación entre Ana y Àlex es digna de análisis porque su forma de trabajar va en paralelo de forma que las ilustraciones alimentan el texto y a la inversa. No es usual pero la verdad es que funcionan a las mil maravillas. No sólo te metes de lleno en un mundo divertido e ingenioso si no que te ayuda a poner caras (muy locas) a los protagonistas y a un plantel nutrido de personajes secundarios que son adorables (algunos de una forma un poco peculiar).
Si tenemos que poner en una balanza a quién de los dos miembros familiares le ha gustado más el libro no podría poner la mano en el fuego porque yo he disfrutado mucho de su lectura. En esta casa tenemos una costumbre y es que hacemos lecturas conjuntas y silenciosas a partes iguales para poder aprender y conseguir más soltura en eso de la lectura que ya sabéis que es nuestro campo de batalla pero que , poco a poco, y gracias a libros divertidos como este, va consiguiendo afianzarse y convertirse en una rutina más en lugar de una tarea pendiente. De esas lecturas conseguimos sacar muchas cosas bonitas, primero ser capaces de comentar el libro poco a poco según leemos y después al terminarlo. Pero además es una forma perfecta para que amplíen el vocabulario o formulen preguntas sobre cosas que aún les son un poco ajenas. Nos divertimos mucho fantaseando con los locos vestidos antiguos de lazos o miramos como se hace un patronaje (porque aquí somos muy Fiona y no sabemos coser) y al final la experiencia lectora se convierte en muchísimo más.
Además debo reconocer que me ha gustado mucho como integra a todos los miembros de la familia en las tramas. Muchas veces en la literatura infantil los padres actúan de meros acompañantes y en este caso van cogiendo forma y peso y no quedan excluidos de la historia, por eso más que literatura infantil me gustaría rebautizarlo como literatura familiar. Dentro de este pequeño acto hay muchísimos valores implícitos pero además detalles como que los niños (masculinos) sean auténticos manitas con la costura y otros tantos clichés que destruye por el camino sin dar ninguna importancia hacen que la Familia F ya sea parte de nuestra biblioteca y tenga un lugar de honor.Y sí, por supuesto, después del libro le encasqueté Poli de Guardería, no pude evitarlo. ¿Vale?
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