En tu visita a la Alpujarra granadina encontrarás muchos parajes interesantes y algunos que , aunque a simple vista no parezcan gran cosa, esconden rincones preciosos y únicos. Habíamos pasado muchas veces delante de una pequeña ermita situada en el pueblo de Pórtugos. Quizás por la cantidad de coches o por la ruta trazada nunca habíamos parado a descubrir el porqué de tanta expectación. En la actualidad Pórtugos ha realizado incuestionables mejoras en su comunicación turística, una de ellas es instalar una caseta turística para que la visita no se quede en el manantial que atrae a los curiosos por su peculiares aguas, desde allí te animan a visitar el pueblo que posee incuestionables intereses turísticos y no debe faltar en la ruta de los pueblos blancos aunque os hablaremos de él en otra ocasión porque no nos dio tiempo a visitarlo. La cuestión es que si que conseguimos parar en la Ermita de la virgen de las Angustias.
La Ermita de la Virgen de las Angustias y Fuente Agria
El edificio data del Siglo XVIII y aparece en le margen de la sinuosa carretera, justo a medio kilometro de Pórtugos. A la vera De la Iglesia encontraréis unos escalones que descienden a los caños de la Fuente.
Por si tenéis dudas podéis leer el mensaje de su letrero que reza lo beneficiosa que es el agua del manantial que desciende por los caños. Estas propiedades se hicieron populares gracias a Pedro Antonio de Alarcón que realizó un viaje por la Alpujarra y escribió sobre sus descubrimientos, la devoción por beber de esta fuente data de 1872. Por comodidad os recomendamos llevar un vaso o una botella porque los caños son muy bajos pero según los expertos se debe beber del caño directamente para que no se pierdan sus poderes, lo que no os va a quitar es el peculiar sabor del agua.
Se denomina Fuente Agria por el sabor ferroso que podréis apreciar en los residuos que deja a su paso. Pero además es muy curioso ya que el agua “pica” en la garganta y parece que sea carbonatada por el Gas Natural de los minerales del manantial. No os vamos a engañar, está mala. Pero ¡Ojo! Sus beneficios para la salud son increíbles. Rezan virtudes sanadoras sobre molestias de hígado, intestino, estómago, riñones o útero.¡Y para la anemia! Obviamente.
El Chorrerón de Pórtugos.
Pero después de sanar el cuerpo no os olvídéis de disfrutar de otra maravilla natural que os espera a escasos pasos. Justo al otro lado de la carretera, en el área de descanso, una escalera de 80 peldaños os llevará a la cascada natural que ha creado esta fuente. Se le conoce como el Chorrerón de Portugós y es una preciosidad. Entre los árboles resbala el agua que ha teñido de naranja todo el entorno. Los peques pueden jugar con las piedras que se han convertido en hierro y se puede uno acercar a esta cascada y ver cómo raíces y vegetación se han convertido casi en roca por el peculiar efecto del hierro cayendo año tras año.
Se puede seguir la senda del hilo de agua un poco más ya que llega a varios pueblos más pero el camino no es sencillo ni está preparado más allá del recodo de la cascada.
Es una parada en el camino que no requiere que os desviéis y que merece mucho la pena.
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