La irrupción de momentos clave del año como Halloween o Carnaval nos asalta la gran pregunta: ¿Qué disfraz escoger para mi pequeño? Temporada tras temporada, encontramos nuevas soluciones. El mundo de los disfraces no tiene límites y la originalidad siempre hace acto de presencia aunque sin robar el espacio casi sagrado a otras fórmulas clásicas como el disfraz de princesa o fantasma. No obstante, a pesar de una oferta cada vez más plural, la opinión de los pequeños sigue constituyendo el factor de decisión más importante.
¿Cómo seleccionar la mejor alternativa? Para responder a esta pregunta es necesario tener en cuenta que a la hora de seleccionar el mejor disfraz para niños en establecimientos especializados como disfracestuyyo deben valorarse algunos factores o particularidades que en el caso de las soluciones para adultos no son tan relevantes.
A la hora de escoger un disfraz efectivo y divertido es importante tener en cuenta que la comodidad constituye un elemento clave. En el caso de los más pequeños, éstos tienden a moverse más, a jugar y hacer una mayor cantidad de desplazamientos durante las celebraciones por lo que seleccionar una fórmula confortable es un requisito excepcional si de lo que se trata es de evitar que pasen un mal rato o de que deseen desprenderse del disfraz rápidamente.
Por otro lado, la seguridad adquiere un matiz especialmente importante. Algunas propuestas, especialmente aquellas que podemos encontrar en los bazares o las tiendas “todo a cien” pueden llevar implícitos algunos riesgos. En estos casos las fórmulas económicas a menudo tienden a descuidar el componente seguridad, por ejemplo, con la integración de materiales inflamables. Para evitar este tipo de peligros potenciales es preferible optar por soluciones de alta calidad aunque sean ligeramente más caras o, incluso, dedicar un tiempo a fabricar el propio disfraz en casa. Sin duda, puede ser una oportunidad para pasar un buen rato en familia.
No hay que olvidar tampoco, que los disfraces para niños tienden a tener una vida útil más reducida debido a su rápido ritmo de crecimiento. Para poder aprovecharlos más, es recomendable hacer nuevos diseños a partir de disfraces que han quedado obsoletos o, incluso, hacer intercambios entre familiares y amigos.
Para poder tener un buen espectro de posibilidades al alcance de la mano es preferible contar con el clásico baúl, una pieza básica en toda infancia. Además, aunque los disfraces se utilizan de forma masiva durante fechas señaladas como carnaval, también pueden aprovecharse para otro tipo de eventos y celebraciones como, por ejemplo, los cumpleaños.
El clima o las condiciones meteorológicas también debe ser un factor a tener en cuenta. En el caso de los bebés o los niños más pequeños, durante el invierno o los meses más fríos es una buena opción apostar por diseños que cubran sus cuerpos de forma integral y que, además, integren corchetes en la parte inferior para facilitar el cambio de pañales.
En el caso de los niños más mayores es preferible recurrir a soluciones más imaginativas como, por ejemplo, agregar una segunda piel o hacer una reinterpretación del disfraz de ser necesario.
Al escoger una máscara debe darse prioridad a la comodidad y a la visibilidad, especialmente si nuestros pequeños desean llevarlas durante largos períodos de tiempo. Por último, las pinturas con las que vayamos a maquillar sus caras también son importantes porque van a pasar muchas horas con ellas.
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